Aunque creció como un joven mundano, esclavo de sus
pasiones, algunas veces aspiró a ideales más elevados. La
muerte de un pariente suyo a manos de su propio padre
durante un duelo, hizo que el joven escapase horrorizado, y se
internase en un monasterio cercano, donde permaneció por
tres años en la más absoluta austeridad y fervor.
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